Los últimos datos que han desvelado los científicos de la NASA confirman que los futuros astronautas que viajen a Marte con el objetivo de colonizar el planeta tendrán un duro reto ante sí. Y el problema es que, obviamente, no será el único. Pero la radiación, según las estimaciones, será el peor. Un suceso ocurrido recientemente lo confirma.
Seguro que recuerdas la espectacular tormenta geomagnética que se produjo en la Tierra y que derivó en unos fenómenos increíbles que nos dejaron atónitos. Pues esa tormenta también acabó llegando a Marte y tuvo efectos devastadores. A corto plazo, nos proporciona una información muy valiosa e incluso tenemos un vídeo de lo ocurrido en Marte. A largo plazo, significa problemas.
Una contundente erupción solar
Como efecto de lo ocurrido, una mancha solar conocida como AR3697 mandó una enorme dosis de plasma caliente hacia Marte. El impacto se materializó en la forma de una llamarada solar de nivel X12, el más alto entre los registrados por los científicos.
En el momento en el que la llamarada impactó con Marte, la atmósfera del planeta se infló y se produjo un calentamiento de su temperatura de una manera extremadamente alta. Dicen los científicos que, indudablemente, Marte también tuvo sus propias auroras. Pero más allá de la curiosidad y de imaginarnos o ver en el vídeo que tienes encima de estas líneas cómo fue lo sucedido, lo importante es mirar al futuro.
No va a ser fácil
Si tenemos el vídeo que te hemos compartido es porque hay distintos orbitadores y vehículos en Marte que tienen bien cubierto el planeta y que realizan grabaciones desde el mismo. En especial, el que ha aportado las mejores imágenes de la tormenta ha sido el orbitador MAVEN de la NASA, aunque otros como el rover Curiosity Mars también han estado presentes.
Los científicos explican que la falta de un campo magnético en Marte debido a que desapareció mucho tiempo atrás, lleva a que multitud de partículas caigan en el planeta en este tipo de evento. Como consecuencia de ello, las auroras no se limitan en posición, sino que cubren toda la superficie del planeta. Quienes han tenido la oportunidad de estudiar lo ocurrido aseguran que nunca habían registrado una tormenta solar como esta, por lo que los efectos de la misma son contundentes.
Gracias al sistema RAD que tiene el Curiosity Mars sus responsables han descubierto que la radiación provocada en el momento de la tormenta llegó a 8100 microgris. ¿Qué podría suponer para una persona que estuviera en ese lugar? Dicen que estar bajo esa lluvia de radiación tendría una equivalencia de 30 radiografías en el pecho. Por ello, los científicos están tanto impresionados como preocupados. Dicen que, en 12 años, nunca han visto nada parecido a esto. La fuerza del impacto de la tormenta también provocó que el orbitador Odyssey recibiera un golpe que lo dejó sin conexión momentáneamente, demostrando, una vez más, la fuerza del fenómeno.
Pero, dejando todo esto de lado, la pregunta es si este tipo de tormenta solar implica que los planes de colonización de Marte se van a ver interrumpidos. Dicen los científicos que, en cierto modo, no hay que preocuparse. Es obvio que, eso sí, resulta una cantidad de radiación extremadamente alta. Por ello, los astronautas y colonos no deberían exponerse a ella. Si no hubiera más remedio, sería imprescindible que los colonos estuvieran protegidos por el equipo adecuado. Y, en el mejor de los casos, recuerdan que lo más conveniente sería disponer de ese tipo de tubos de lava que ayudarían a estar protegidos de las condiciones adversas del planeta.
También hablan de cómo la seguridad de los astronautas no sería lo único a tener en cuenta. Recuerdan que la tormenta solar también afectaría a los cultivos de forma desproporcionada y que, aunque pueda sonar viable, cultivar en los tubos o bajo tierra no resulta una buena idea. Por ello, este tipo de fenómeno podría causar unas consecuencias terribles y afectar de forma enorme al desarrollo de la vida en el planeta.
En los próximos días se espera que se produzcan nuevas tormentas solares en Marte y los científicos están esperándolas para poder estudiarlas. Quieren ver las consecuencias, los niveles y el impacto, así como hacer cálculos acerca de la frecuencia que podrían tener. En base a todo esto, tendrán información más precisa sobre lo que puede esperar la humanidad para colonizar el planeta.