Salir por carretera con tu vehículo es uno de los desplazamientos más recurridos durante los días libres en verano y, dirigirte a tu destino, supone llevar a cuestas un gran equipaje. Así, cada vez es más común acoplar un remolque para transportar objetos de mayor tamaño. Por ello, debes saber que la DGT ha puesto en marcha una campaña de concienciación para advertir de los riesgos de llevar a cuestas estos complementos y cómo debe ser la conducción para mejorar tu seguridad.
Es probable que estés planeando ya tus vacaciones de verano ahora que el sol aprieta y que comienza a hacer más calor de lo habitual. Uno de los medios de transporte que más se utilizan para este tipo de desplazamientos es el coche, acompañado de un remolque en el caso de que se transporte mercancía con un tamaño considerable. Esto puede ser beneficioso para llevar contigo más equipaje si vas a realizar actividades en la playa o en la montaña.
No obstante, llevar un remolque no es tarea sencilla, ya que se requiere de una buena destreza y habilidad al volante. Sin ir más lejos, la DGT ha saltado a la palestra para advertir de los peligros de este tipo vehículos de carga cuando inicias tu viaje en carretera y cuáles son los consejos más útiles para que tu trayecto sea cómodo y seguro.
Cuidado con las frenadas bruscas
Muchos sabemos que conducir con un remolque multiplica los accidentes en carretera si no tenemos la precaución necesaria, además de poner más énfasis en activar los cinco sentidos.
Uno de los problemas más frecuentes es el momento de las frenadas, donde hay que tener en cuenta el volumen y la longitud del vehículo que estamos conduciendo cuando de por medio se sitúa un remolque. En este caso, la distancia de frenado puede aumentar hasta un 20 %, según los expertos de la DGT. Por ello, se debe ampliar el espacio de seguridad, sobre todo cuando se prevé la posibilidad de que se produzcan atascos.
Adelantamientos y giros
Otra de las situaciones más arriesgadas en carretera es en el preciso instante de realizar un adelantamiento. Si ya de por sí lo es para un coche tradicional, las opciones de originar un accidente se elevan con un remolque atado a la parte trasera.
Aquí, la velocidad y la aceleración ponen a prueba la potencia del coche, cuya maniobra llevará un tiempo considerable hasta que termine de rebasar al vehículo que tiene a su derecha, ya que el conductor no solo tendrá que pisar el acelerador más a fondo, sino también lidiar con el peso y la largura del remolque en condiciones meteorológicas adversas, pues la fuerza del viento puede jugar una mala pasada.
En el caso de los giros, las carreteras con curvas pronunciadas, las glorietas y los cambios de sentido requieren un mayor control de la velocidad. Pero también es necesario tener en cuenta una mayor anticipación. Cualquier giro brusco podría dar lugar a un vuelco del remolque y ocasionar un accidente.
Dirección marcha atrás
Finalmente, para que el remolque no termine desenganchándose, la circulación marcha atrás debe ser lo más precavida posible. En este sentido, el remolque se desplaza hacia al lado contrario del que giramos, así que hay que tener buena maña para llevar a cabo este tipo de maniobras y evitar que se cruce.
Por ello, si no te encuentras familiarizado, es conveniente practicar en una zona abierta sin tráfico con el fin de coger la suficiente práctica como para rehuir de cualquier incidente grave en carretera.